Es una burbuja especialmente
diseñada para la evasión de una realidad difícil. Hasta ahí no llegan los claxonazos
de molestos automovilistas, ni las protestas de enojados manifestantes. Arropado
por las paredes del Hipódromo de las Américas, la empresa Ocesa acaba de erigir
un nuevo templo, en donde además del culto al hedonismo, se practican otras
religiones como la música, la gastronomía de autor y la cultura del club
nocturno. Se trata de Starlite México, un lugar para ver y ser visto.
Este nuevo oasis es la nueva zona VIP para
quienes no tienen problema de efectivo. Consiste, en montar un graderío y un
escenario portátiles con capacidad para 3.000 espectadores y organizar
conciertos durante el mes de marzo. A la espalda de la estructura, donde se
disfruta al cantante o grupo de moda, con más intimidad que los foros musicales
ya existentes, se encuentra un ágora de lujo enfocada al baile, las copas,
la cocina de autor y los dj’s. La diferencia entre la
propuesta de Ocesa y los bares, antros, restaurantes y escenarios musicales ya
existentes, estriba en que aquí el artista está más cerca de ti y que es
obligatorio contar con una saneada cuenta corriente.
Starlite abrió sus puertas el pasado jueves 3
de marzo con la actuación de Alejandro Fernández. Al día siguiente, con la presentación
de Los ángeles azules, quienes pusieron a bailar a los tres mil asistentes acompañados
de una orquesta sinfónica. Y el sábado con Enrique Iglesias. Los años de
experiencia de Ocesa y los de Starlite España, han logrado elaborar el cartel
de este festival con los anteriormente mencionados y que se completará con Marc
Anthony (Hoy), Natalia Lafourcade, Julieta Venegas y Carla Morrison (9), Ana
Torroja, Malú y Melendi (10), Julio Iglesias (11, pero hasta hoy cancelada) y Chayanne
(12).
El público realmente recibe trato VIP desde que
pasan por la alfombra roja hasta su ingreso a los conciertos. En ocho mil
metros cuadrados, en el Infield del Hipódromo de Las Américas se acondicionó una
gran carpa con una mezcla de elementos exclusivos. A la entrada un pequeño bar.
Unos pasos adelante, en el centro una cabina de DJ y a su alrededor una enorme pista
de baile rodeada por sofás y barecillos, en donde se llevan a cabo las exclusivas
after parties. Aquí también se encuentra la experiencia gastronómica con
restaurantes como Biko, Candela, Quintonil y Casa Oxaca. Como podrá darse cuenta, Starlite es una fastuosa burbuja en donde la monotonía no existe.
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