miércoles, 10 de febrero de 2016

“Hubo una boda válida, pero pierde validez cuando se sabe que habían pensado una simulación en la playa”: Padre José de Jesús Aguilar


Esta semana la revista Proceso publicó un reportaje sobre el viacrucis que vivió el sacerdote José Luis Salinas Aranda, quien fue apartado de sus actividades eclesiásticas por haber casado a José Alberto Castro y a Angélica Rivera en una playa de Acapulco. Sin embargo, fue el presbítero Ramón García López quien los casó días antes en la iglesia de Fátima, otorgándole validez a la unión.

   El padre José Luis Salinas sólo ofició la misa de renovación de votos entre Castro y Rivera en la playa, como consta en la carta que el productor de Televisa, José Alberto Castro le otorgara al padre Salinas, para hacer constar que el presbítero fue quien le hizo saber que debía casarse en una iglesia para que la boda tuviera validez y después renovaran votos en una playa. En el 2004 se dijo que la boda de José Alberto y Angélica Rivera fue anulada porque se casaron en la playa. Sin embargo, a unos meses de la muerte del padre Salinas (7 de octubre de 2015), salen a la luz el acta matrimonial y las fotografías de José Alberto y Angélica en la iglesia de Fátima, demostrando que ahí se celebró una primera boda y por lo tanto era válida.




   El día de ayer apareció en el programa El Gordo y la flaca, el padre José de Jesús Aguilar (Subdirector del Área de Radio y Televisión de la Dirección de Comunicación Social del Arzobispado de México) afirmando: “es cierto que hubo una boda anterior totalmente válida, pero esta pierde su validez cuando se sabe que anteriormente habían pensado, habían preparado esta simulación en la playa”. Ahora resulta que por pensar una boda en la playa ¡se anula! Mire que curioso, ya no es el hecho, ahora es el pensamiento.  

   El padre José de Jesús Aguilar con todas sus letras aseguró que el padre José Luis Salinas Aranda “durante más de 10 años ejerció por su propia cuenta valiéndose de que muchos actores necesitaban servicios pastorales”. Algo que se me hace muy raro, pues el padre Salinas durante cuatro años tuvo un programa en Televisa, ¿la iglesia, que es tan recta, no se enteró? ¿Dar consejos como autoridad eclesiástica en la televisión nacional no es más grave que oficiar una misa de renovación de votos en una playa? ¿Por qué el Cardenal Norberto Rivera no le llamó la atención o lo removió de su puesto? Porque, como se lee en las cartas del padre José Luis Aranda, Norberto tuvo tiempo para reprimirlo y expulsarlo por oficiar una misa de renovación de votos. Pero no tuvo tiempo para reubicar al padre José Luis, como lo había sentenciado un tribunal en el Vaticano.



   Pero prosigamos con lo que el padre José de Jesús habló en El gordo y la flaca: “Quizás (José Luis Aranda) haya hecho mucha labor pastoral. El problema es que no se sujetó, de acuerdo al derecho canónico, a una autoridad y esto hizo que recibiera una sanción”. ¿Entonces la decisión de que no ejerciera su ministerio fue porque no se quedó callado, como lo demuestra el papeleo que le hizo llegar al Vaticano?  Mire usted, yo sólo espero que el padre José de Jesús Aguilar no esté pecando al mentir sobre que la iglesia anula una boda sólo por “pensar” en casarte en una playa, porque entonces ya tenemos muchas bodas anuladas. Y de los que se casaron en la playa, ¡ya ni hablamos!
 
   Tampoco quiero pensar que el reverendo José de Jesús le está llamando mentiroso al padre José Luis Aranda, sólo porque ya está muerto y no se puede defender. Aranda sólo le imploró a Norberto Rivera que lo restituyera porque no casó a nadie en la playa y pidió se rectificara por el bien de la iglesia y sus cada vez más escasos creyentes. José Luis Aranda jamás volvió a ejercer y para vivir tuvo que vender comida en un parque. Murió de cáncer y rogó se le hiciera justicia, en una carta de 11 páginas, que le envió al Papa Francisco contándole su historia y pidiendo una audiencia que jamás le otorgó. Aquí la historia de una telenovela para Televisa. 







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