Pues nada. Que Florinda Meza se olvidó que existe la
globalización y sin más ni más, le soltó a un medio de comunicación brasileño
que Ramón Valdés, mejor conocido como Don Ramón en la serie de El Chavo del
ocho, “usaba unas drogas y bebía mucho”.

Llama mi atención que, en
entrevista para Ventaneando, Aracely Valdés asegure que su padre no pudo haber
sido un drogadicto porque “así no podía haber funcionado dentro del equipo. Mi
papá tenía llamado tres o cuatro veces a la semana. Eran grabaciones de ocho
horas, entonces una persona drogadicta no podía hacer ese trabajo”. Para mi que
Aracely, a su edad, no se ha informado sobre el uso y efectos de las drogas, o
es muy ingenua. Quien sí tuvo una opinión aterrizada fue Esteban Valdés, también
hijo de Don Ramón: “Es muy fuerte que (Florinda) haya dicho algo de una persona
que ya no está para defenderse. Sea cierto o no, es incorrecto”, y añadió que
se están asesorando para saber si entablarán o no, una demanda contra Florinda.
Es decir, la declaración de Floris
se convirtió en un auténtico chisme de vecindad, ya que la hija de Don Ramón
dice que si se la encontrara le preguntaría “¿en qué te basas para decir eso?”.
Olvidándose que Meza y Valdés convivieron más de ocho años de su vida. Lo
curioso es que Aracely se queja de que Florinda habló de su papá sin bases y
ella actúa de igual forma contra la actriz, diciendo: “el problema (entre los
del elenco) empezó cuando (Florinda) comenzó a andar con Roberto, porque era la
dueña de todo. A ella sí se le subió hasta el techo”. ¡Qué bonita vecindad!
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