La noche del martes 17 de noviembre, Muse dio cátedra de lo que debe ser la conjunción entre música y
tecnología en este siglo XXI. La banda inglesa se presentó en el Palacio de los
deportes en donde niños de 10 años, adolescentes de 17 y hasta adultos de más
de 30 años se dieron cita para ser testigos del arranque de la segunda etapa
del Drones World Tour.
El moderno escenario contó con pantallas
traslúcidas y una cilíndrica, además de un escenario circular y giratorio con
pasillos que se extendían a lo largo de la pista del Palacio de los deportes.
El público no sólo enloqueció con la música del grupo, también se maravilló con
los drones gigantes en forma de esferas que sobrevolaron sobre su cabeza. El potente
juego de luces led de colores mantuvo hipnotizados por casi dos horas a las 25
mil personas reunidas en el inmueble.
Matthew Bellamy, vocalista del grupo, antes
de entonar “Mercy”, dedicó una canción a las víctimas de los atentados
terroristas ocurridos en París hace unos días. Dijo: “Dediquemos esto a la
gente de París que está sufriendo. ¡Que se escuche hasta Francia!". No
cabe duda que cuando la vida da, da a manos llenas y el público se entregó
incondicionalmente a su grupo coreando de principio a fin canciones como “Reapers”,
"Psycho", "Dead Inside", "The Handler”, “Starlight”, “Madness”,
“Revolt” y “Knights of Cydonia”. Los cientos de luces de celulares opacaban las
pantallas translúcidas de los fanáticos que no querían dejar de grabar ni un
instante.
La tecnología visual futurista que la banda
desplegó se vio ensombrecida por la mala acústica del lugar que empastaba el
sonido y, que si no fuera por el mismo público quien cantó una a una las 21
canciones, jamás se hubiera escuchado lo que Matthew Bellamy interpretaba. El
resto del show lo compusieron modernos audiovisuales, pelotas inflables, confetti
y por supuesto la entrega de Muse a un público que los admira
incondicionalmente.

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